PREOCUPACIÓN POR APARENTES PRESIONES A LOS OPERADORES EN LA UE

IRU – Prensa Acoltés

Con sede en Suiza, la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU en inglés), es la asociación mundial de los transportadores por carretera, que defiende los intereses de operadoras de taxis, autobuses turísticos y de rutas tanto de grandes como pequeñas flotas. Con sus servicios y políticas, la IRU trabaja por el crecimiento económico de los empresarios, la movilidad sostenible, además del desarrollo del sector.

Ahora la IRU, hace un llamado a la Comisión de Transporte de la Unión Europea, expresándole su preocupación, toda vez que la iniciativa de modernizar las flotas de vehículos para que reduzcan sus emisiones podría proporcionar un marco que no incentive a los empresarios de los países miembros y sí termine coaccionándolos para que sólo compren vehículos cero emisones. «Nuestros sectores piden su apoyo para convertir esta nueva iniciativa en una herramienta para ayudar a las empresas a adoptar una mayor descarbonización y evitar el uso de la compulsión. Promover el apoyo Todas las tecnologías limpias tienen costos adicionales. Las tecnologías de cero emisiones, en particular, tienen costos iniciales significativos». menciona Raluca Marian, directora de IRU.

La IRU sustenta su preocupación, tras analizar los costos de renovar pequeñas flotas de vehículos. De acuerdo con sus análisis, una flotilla de taxis de 10 vehículos, tendría un costo entre 300.000 y 560.000 euros según el segmento, la accesibilidad para sillas de ruedas y el tamaño del vehículo con tecnología diésel EuroVI. Por su parte, sustituir la misma cantidad de móviles por vehículos eléctricos oscila entre los 380.000 y los 900.000 euros; esta estimación incluye una combinación de automóviles y camionetas. Para los servicios con precios regulados, como los taxis, los precios más altos asociados con la compra de vehículos cero emisiones (ZEV en inglés) no se pueden trasladar fácilmente a los clientes, haciendo que esos costos adicionales tengan que ser asumidos por por los propios conductores y creando una barrera financiera de cara la reposición.

Las estimaciones de la IRU en vehículos de carga van por la misma línea: el costo de sustitución de una flota de camiones de 40 toneladas de 10 automotores por nuevas unidades diésel Euro VI oscila entre 10 y 20 millones de euros. Reemplazar la misma flota con vehículos eléctricos costaría entre 25 y 40 millones de euros, mientras que si se adopta el hidrógeno costarían entre 30 y 40 millones de euros.

La composición de las flotas en la Unión Europea, también marca una referencia para muchas regiones del mundo, toda vez que las empresas que cuentan con un parque automotor de diez vehículos son habituales en el sector del transporte por carretera: el 80 % de los 900.000 participantes son pequeñas y medianas empresas (PYME). Estas empresas no solo operan con márgenes reducidos, sino que a menudo también enfrentan dificultades importantes para obtener financiación debido a su limitado poder de negociación y la naturaleza riesgosa de los mercados altamente competitivos, en los que los pequeños actores se ven afectados materialmente por crisis, como se ha visto durante estos años de pandemia. Recordemos que en el caso colombiano, se consideran pequeños transportadores a los poseedores de máximo dos vehículos de servicio público de pasajeros.

Teniendo en cuenta que los subsidios y fondos públicos, no siempre están a disposición del operador de transporte comercial, la ecologización de las flotas realmente beneficiaría al sector si el resultado fuera una recomendación a los sobre el uso de incentivos gubernamentales positivos para fomentar la adopción de vehículos basados en tecnologías neutras en carbono.

«Siempre que haya opciones disponibles en el mercado, la decisión sobre cómo utilizar el capital privado para lograr los objetivos de descarbonización siempre debe quedar en manos de las empresas privadas. Son responsables de su rentabilidad y asumen plenamente el riesgo de pérdidas y, en última instancia, de su quiebra» enfatiza la IRU.